EN CAFARNAÚM, CON FLORENCI CLAVÉ.
"Somos dos para el campo y el ensueño
y dos en la canción siempre de vuelta".
L. F. Vivanco
Un día dejamos la metafísica los colores y el versículo y nos maridamos con la verdad de la calle nos sumamos a un largo camino que venía de lejos con una antología de inhibiciones sobre el hombro nuestra esencia se disolvió en la estancia abierta aquella donde si nos excluíamos nos condenábamos ecuménico fue el trasunto de nuestra vida y convivimos con la luz indolente joven y apiñada saboreando la corteza de la miel del linaje y buscando nuevos hogares para amasar el pan pero cuando llegó la muchacha Aldebarán ya era viejo y apenas pudimos gozar el cálido aliento de los dulces abiertos tal vez fuimos como el fuego que alumbra y no calienta o puede que como la roja lumbre terminó plano y gris hijos de nuestra tierra y nuestro tiempo nos apareamos como las hetairas de Roque Dalton y su intenso azul cómo decir que la vida pudo ser un malentendido no no se excedió la utopía fue que nos abandonó la razón y hubo que trenzar los silencios de la otra historia de dios qué más da saber ahora que el camino venía de Cafarnaúm.
y dos en la canción siempre de vuelta".
L. F. Vivanco
Un día dejamos la metafísica los colores y el versículo y nos maridamos con la verdad de la calle nos sumamos a un largo camino que venía de lejos con una antología de inhibiciones sobre el hombro nuestra esencia se disolvió en la estancia abierta aquella donde si nos excluíamos nos condenábamos ecuménico fue el trasunto de nuestra vida y convivimos con la luz indolente joven y apiñada saboreando la corteza de la miel del linaje y buscando nuevos hogares para amasar el pan pero cuando llegó la muchacha Aldebarán ya era viejo y apenas pudimos gozar el cálido aliento de los dulces abiertos tal vez fuimos como el fuego que alumbra y no calienta o puede que como la roja lumbre terminó plano y gris hijos de nuestra tierra y nuestro tiempo nos apareamos como las hetairas de Roque Dalton y su intenso azul cómo decir que la vida pudo ser un malentendido no no se excedió la utopía fue que nos abandonó la razón y hubo que trenzar los silencios de la otra historia de dios qué más da saber ahora que el camino venía de Cafarnaúm.
Comentarios
H estado un buen rato en tu blog y tengo que felicitarte, tiene algo que por desgracia no abunda en la blogosfera: calidad.
Te he agregado, de esta manera me será más fácil venir a verte.