Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2020

EL BURDEL VECINO.

  Había razones de toda índole y énfasis para vivir. Por eso cuando te vimos, tan dentro de ti mismo, ambos supimos que éramos amantes y viejos. Y no solo por tanto como nos preguntábamos, también porque los dos queríamos, aún entonces, ser una obra abierta. Quien sabe hacia dónde. Así tan formales, comprobamos el contenido y la pertinencia del testimonio abierto de quien, tan insensato como estratega, tuvo que amar, virgen y somnoliento sobre el burdel de la vida. Guerra de posiciones, diría la profesora, molesta, despreciando la periferia y la extensión del amor. ¡Tan heterogéneos caminos para llegar aquí¡  

NARDOS.

Hubo sus más y sus menos. Recuerdo que al mirarnos alguien comentó que, aunque la vida nos había esparcido, espléndida, por casi todos los mundos posibles, habíamos nacido nardos, adecuados unos, insólitos otros. Al parecer, dijeron, nos habíamos comportado con la dignidad adecuada. Lo cierto es que todos veníamos cargados de historias, ajenas algunas, y aún había tiempo para resolverlas, pero tal y como amaneció  ¿cómo pensar que nos robarían? Al fin sucedió que éramos como dijeron. Imposible esconderte, amor.