EL BURDEL VECINO.
Había razones de toda índole y énfasis
para vivir. Por eso cuando te vimos, tan dentro de ti mismo, ambos supimos que
éramos amantes y viejos. Y no solo por tanto como nos preguntábamos, también
porque los dos queríamos, aún entonces, ser una obra abierta. Quien sabe hacia
dónde. Así tan formales, comprobamos el contenido y la pertinencia del
testimonio abierto de quien, tan insensato como estratega, tuvo que amar,
virgen y somnoliento sobre el burdel de la vida. Guerra de posiciones, diría la
profesora, molesta, despreciando la periferia y la extensión del amor. ¡Tan
heterogéneos caminos para llegar aquí¡
Comentarios
Sólo sé que me gusta.
Saludo.