MIENTRAS YO TE RECUERDE.

 

Con las destartaladas gabardinas sucede casi todo y las deterioradas bufandas lo explican. Sin embargo, todo queda tan lejos que a duras horas podría decirte que sueño. Nadie sabe por qué, pero apenas hay luz y acariciado por la tramontana cruzo la ciudad. Ella llora cuando no duerme y al otro lado, hay sábanas de lino que la envuelven mientras esperas el sueño y te pierdes, apurada la copa de vino, entre anónimos versos. Solo tu entrepierna te hará eterna si duermes como es debido. En realidad todos sabemos que la ciudad no es eterna, que solo durará tanto como el más joven de sus hijos, y tú, tan hermosa y buena madre, sólo mientras yo te recuerde. Por una infinita alta mar te quedaste con los recuerdos ligeramente caídos y confundidos, entre la brisa y el salitre. Aun así tuviste la evidencia de que el roce de mis labios en tus mejillas era un gesto de tímido homenaje, como si el tiempo disuelto en los destellos fuera nuestro futuro, voluble hasta la crueldad como suelen ser todos los futuros.

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