PERO MCLUHAN NO LEYÓ A PELLEGRINI.

“miró el río que se deslizaba por una pendiente
siempre hacia abajo sin dejar de estar alegre y canturrear”
Simone de Beauvoir

Nunca sabremos si fue el amor o la palabra que lo nombra pero contemplamos la travesía como un amor provisional tú desde el recuerdo yo desde la esperanza como siempre fui un aborigen de la pena y el hambre fue tu blusa niebla sin piel como el día corto enojado y deseante como la propia noche leve del moribundo gris que se acomodó a tus pechos y desató un requiebro eludiendo tu sonrisa la libertad en precario de la estancia donde vinieron a reposar nuestras prófugas identidades algo sucedió desmedido y tosco la tarde que rozó tu verbo la serenidad del último beso la luz que la sal refleja establecimos contornos distancias y quedamos frente a frente como el alba que espera para nacer la expansión de la infancia las pasiones obscenas viajaron como agua a la deriva temerosas rebeldes acopiando aprecios referentes veladas y tu adiós fue tan plano que no volvió segó el horizonte o puede que de nuevo prójimo solo fui un atavío invernal.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estimado Sr. Garés:

Aborigen de la pena y el hambre, he de confesarle que la poesía que describe el amor y sus afectos, el amor y sus distancias, nunca me ha resultado atractiva, a salvo tal vez, de algún autor como e. e. cummings. Sin embargo, su poema ha logrado conmoverme, soberbio en la talla de cada palabra, para atrapar cada instante aéreo, de esta escena íntima. He de felicitarle de nuevo, por su éxito.

Reciba un caluroso saludo,

Jon Jonenjur
Marisa Peña ha dicho que…
Un poema hermoso, lleno de imágenes evocadoras. Un saludo.

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