SABORES DE LA ESPERANZA.

Levantas el vuelo y cierras la mirada como si huyeras
del futuro, de la aurora, del mar, de la palabra.
Sí, el desengaño siempre es cobarde, casquivano, voluble.
Pero no huyes, puede que nunca llegaste,
y si estuviste, fue de paso, cubierta con la casaca
del soldado ajeno y la turbulencia del corazón,
incluso puede que con la incontinencia del sentimiento.
Si al menos supiéramos cómo llegó esta luz,
instada por qué extraño beso tomó asiento
en nuestro espacio, qué gesto fue el que lo despertó.
Habrá que prescindir y acomodarse a la esperanza,
al vértigo núbil de tu presencia, al peregrino saldo de tu sexo,
saber que en los escombros y en el silencio medra el desengaño.
Todavía nuestra piel y las mariposas lo delatan.
Pero si un día me miras, no habrá margen para la duda,
y te perpetuarás, péndulo carmesí enamorado.
Tal vez savia blanca, o puede que naranjo amargo.

Comentarios

ALMA ha dicho que…
que maravilla...

gracias , siempre....

ALMA
SOL ha dicho que…
lindo poema
adios

besos

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