AÑOS DESPUES.
Durante
aquellos años, las pasiones nos llegaron con tanta intensidad
y
frecuencia que apenas tuvimos tiempo de organizar los sentimientos.
Cuando
saltaron al aire la luz y la armonía de las galaxias terrenales,
del
tiempo y de la vida de aquella ciudad que tantos delitos y amores oculta,
derrocha,
silencia y envidia, con su reflejo en la brisa de tu sombra, poseída
por tus
futuros días e inmersa en el devenir de tus encantos, fue porque
estábamos
sin más apoyo que el eje del peldaño de la edad. Hace siglos
que el péndulo
se lanzó hacia el norte y no regresa. Nos llevó tiempo conciliar
conciencias.
Necesitábamos luces que provocaran sombras y salir de la luminosa
oscuridad
que nos envolvía, abandonados en aquel erial cuya única frontera
era tu
réplica en el vacío. Todo terminó con un orgasmo, como debía ser.
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