DESIDERATUM.

Sobre ti durmieron el placer y los temores, la cura del ansia que procura
el habla cardinal, el severo guiño de la cotidianeidad en el deslinde
desvelador de la vida y la muerte. Tanto estilo, tanto metódico supuesto
como temporal dios, acaso sin tiempo, tanta morada urgente, y aún así,
solo el espacio, sin medición ni enunciado, dejado caer que no ingresado,
entre tenido o tal vez absorbido por la extrema necesidad de ser, de precipitarte
camino hacia el pasado, allí, allí fue donde nacimos, hechos polvo.
¿A qué viene, pues, si mineral, vegetal o tan solo amante? Quizá un error, sí.
Ahora, si no hay destino, ¿cómo saber lo que somos, más allá del misterio
de lo simple, de la disputa amorosa entre el ser y la nada? Un suceder,
tu historia que deviene anónima orden donde te pierdes, en espera.
Te me muestras cuando te desvaneces, como todo lo importante
que en mi vida ha sido. Y es que, declinados y sujetos, morimos por un orden
sin haber obtenido el orden de la muerte. Optamos, a través del verso,
a la palabra que te compone, a los signos que te aproximan,
al enunciado de tu vacío. ¿Volver a decirte que aún te quiero...?
¡Qué sortilegio tu aventura, de vuelta hacia el origen, el remonte de tu ser.¡

Comentarios

Vee Gawain ha dicho que…
Iba a decirte que ya tengo en marcha un rinconcito para colgar poemuchos, pero ya he visto que lo conoces, que hasta me has puesto un link y todo. Gracias. :-)

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