HUIS CLOS, ESENIN, HUIS CLOS...

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“Seres son que se lleva el viento”
François Villon


Quisiste impunemente llegar a la verdad y se precipitó la historia pero llegarán con el calor el vino la cuchara y una mirada limpia de momento todavía hoy una canción rosa es obscena impúdica y el desnudo manto de los pecados cubre el perfecto suspiro del beso rituales de anónimos futuros niegan el pasado embridan el vendaval como el grito y el hambre del vigía sobre cielo rojo y tierras negras en el alero de las turbaciones de tu verso quedó el símbolo tu sonrisa la palabra todo lo que es real el futuro que redimirá el pasado enhebrando la osadía de robarle a la muerte cada noche un nuevo día con la muerte de la risa y el olvido quisiste ser el límite de la turbulencia y aunque tantos fuisteis un único fuego cada cual ardió a su manera de tan tierno y rojo fuiste disperso y sucesivo hasta romper las normas pero todavía hoy las olas nos devuelven los rumores de tu ida vándalos de la vida sigues siendo un interlocutor inevitable Esenin.

Comentarios

Felipe Sérvulo ha dicho que…
Da gusto el dominio que tienes del lenguaje. Me adhiero a "seguidores".
31 de marzo de 2009, 14:34
Anónimo ha dicho que…
Un bello homenaje a un poeta imprescindible, como siempre tu talento desbordante.

Un abrazo
1 de abril de 2009, 1:44
Anónimo ha dicho que…
Hola Jose, me detuve a leer algunos de sus poemas y me llamó la atención especialmente este, pues aparte de su plasticidad e imagenes encierra un contenido filosófico. Las similitudes entre ambos poetas (Villon y Esenin) uno se despidió a la manera de Gérard de Nerval, el otro fue condenado a la horca por haber matado a un religioso e indultado cuando la soga pendía de su cuello.Villon, el primer poeta maldito marginal, el más célebre de los poetas franceses de la Edad Media. Y por otro lado Sartre. En efecto, "L'enfer c'est les autres", la mirada de los demás que se convierte en verdugo, el triángulo que evoca el pasado donde espera el suicidio, la muerte, el olvido. Las puertas se abren y a veces no nos damos cuenta de ello.

Gracias por este texto.

Lucía Robles
25 de noviembre de 2009, 10:14
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