INB HAFADJA
Siendo niño, en uno de los barrios periféricos donde jugábamos, había dos calles que me llamaban la atención por lo extraño, entonces, de su nombre. Eran calles cortas, apenas unas casas rodeadas de naranjos y huerta, circundadas por acequias y un brazo del río Xuquer en el que solíamos, a escondidas de nuestras madres, bañarnos en verano. Una de aquellas calles estaba dedicada al poeta Ibn Hafádja ( 1058-1139), otra al también poeta, sobrino del anterior, Ibn Zaqqát (1134- ¿?). Fue de adolescente cuando descubrí un día el libro de Emilio García Gómez “Poetas Arábigo-andaluces” y me quedé impresionado y asombrado por la belleza y la imaginería de aquellos poetas que tanto esplendor cultural dieron a Al-Andalus y en particular a mi tierra durante los siglos, XI, XII. De nuevo aparecieron estos poetas y ya quedaron para siempre. Fue una antología que me acompañó durante muchos años. De hecho el único premio de poesía que he tenido ocasión de promover tomó el nombre de Inb Hafája y afortu...