TAN BELLOS COMO FUIMOS...
Lentamente nos desplazamos de la vigilia al encanto del sueño, sin casi mutilarnos, borrando lo que parecían espacios impersonales, anónimos, largos como continuos barrocos, de fascinante dialéctica en notas y cuerpos que reducen la conquista de apóstrofes, hasta quebrar vírgenes veneradas que cubren sus vergüenzas con sus sábanas y nuestros deseados cuerpos. Todo un ritual de futuros. Desde siempre , puntuales llegan cuando los invocamos y rebeldes se van, nos envuelven danzando como un horizonte quebrado de cristales romos por la nostalgia y el silencio. Al anochecer volvimos al meandro buscando maneras de reintegrarnos al universo, a la nostalgia y envueltos por el poniente que enrojece los pórticos. También sus pechos. Son mágicos instantes que desplazaban la lujuria, balbuciendo hasta comulgar los trasuntos personales que desde el centro cordial, pegados a la historia, descubren en la prohibición la complicidad, la l...