RAFAEL ALBERTI Y EL RITMO
En abril de 1984 tuve la ocasión de organizar un recital de Rafael Alberti acompañado por el cuarteto de laúdes Grandio. Fue impactante. Aquel día descubrí profundidades y misterios en la poesía de Alberti que en reiteradas lecturas anteriores ni siquiera pude entrever. Desde entonces creo que el significado total de un verso o un poema no se entiende si no descubres el ritmo del poeta, el choque fónico de las palabras como partes de una misma música. Mas allá del ritmo que la preceptiva clásica marca para el poema, parece evidente que hay poetas que su ritmo subjetivo tiene tal fuerza que son capaces de establecer pautas propias creando una administración personal de pausas, entonación y ritmo que los hacen casi únicos. Lo sorprendente de estos casos es que no obedece, el clima que algunos poetas-rapsodas consiguen crear, a algo estudiado y programado, sino, tal vez, a una inmersión profunda en el sentido último del poema, a la vez que un desanclaje absoluto del entorno. Sencillamente...