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  Mirada. Es cierto que nunca nos lo propusimos abiertamente como si el perfil de un cuerpo no fuera con nosotros bien pero al menos después de recibir las embestidas ciegas del amor adolescente deberíamos saber que cada mirada abre una disyuntiva de cielos posibles y requiere un esfuerzo igual que el afán de supervivencia y de emancipación abre escenarios para los encuentros demasiados intentan a hurtadillas y aun con sacrificio reinstaurar la tradición la que fue nuestra que es la tuya y que ahora se difumina en las noches bendecidas pero cuando el deseo se rinde de soportar la máscara obliga a una aproximación privilegiada por inusual en el entorno de tu cuerpo proclive al ámbito amoroso de donde nace todo cuanto medir y besar se puede siempre con subalternidad hasta hoy hemos tratado de adquirir la tutela prevaleciente pero enamorados de cuanto ansiábamos hemos intentado lo justo y lo necesario como cuando al anochecer nos apetece contemplar la luna o salimos por la calle del

TRIANGULAR.

  Casi como si imprescindible fuera la exaltación del recogimiento, junto a la vuelta del aliento que promueve la lujuria cotidiana y el exceso de altibajos que no niegas, así tu gesto simula y ordena. Del retorno de tus días surge siempre la duda, y tu compostura tan natural nos hunde en el orden y la norma, cerrando suavemente la alegría abierta por los impulsos y los deseos encubiertos de tus pechos, cuando asoman. Pero los tres sabemos que nacen borbotones incontrolables a nuestro pesar, quizás para que sigamos con el anhelo de desearte cada noche y cada día, mientras tú nos susurras calma, como si la vida fuera inagotable y hubiese que ordenarla sin atender al desbordamiento tumultuoso que nos propone tu cuerpo.

ORACIÓN

  Será a traición, a destiempo y con el amor inacabado, sin reglas para ordenar la despedida; ni siquiera podremos mostrar el réquiem largamente pautado. Aun así, algunas notas al vivir vamos rotulando en los márgenes de los corazones y pieles. Las miradas, nunca bien halladas, que olvidamos tantas noches, volverán, pero el expediente cuidadosamente ordenado, con la adecuada dotación sentimental, apenas estará completado, por si los dioses se duermen, como cuando los dolores de mi madre. De manera que la todavía increíble tragedia consiste en que la vida crece cuanto más la vives hasta que la matas. Ya sabes: Oremos, pero mejor vivamos.

TODOS PROMISCUOS.

  Mucho antes de ser tú un mito, mi palabra ya era un ritual que, contra todo pronóstico, buscaba la transparencia, un pilar recio donde tu primavera morase, sin más temporalidad que merodear por puntos cardinales y el orden jerárquico de la referencia.  De ahí que tus ojos me pierdan cada día y me ganen cada noche. Así fue cómo tu exactitud se abrazó a tu descaro, estableció su norma y emergieron las relaciones, mucho más allá de donde tu luz alcanza y tu templo adquiere el refugio. Memorable magisterio, tu cuerpo fue más que el placer que promueve la vida, y ésta sobrepasó la natural belleza de tus formas, deseadas por muchos y conseguidas por tantos. Fue suficiente cambiar el orden de tus pasiones y manipular la erupción para incorporar  lo claro y lo confuso huyendo de lo incomprensible. Ambos fuimos objeto de deseo de cuantos, desde cualquier posición, promiscuos, nos conducían al centro

DÀRSENES.

  Tot va començar amb un somni per recalar al teu petó, dormir, fer com si el teu somriure estigués suspès en l'aire perennement, orientat al promontori perpendicular a la costa dels teus embolicats pits. Llavors vaig caminar perdut des del fons de l'oval amb vestigis que bussegen el contorn del meu cos en les columnes que perfilen les dàrsenes del teu moll. És cert que no sé on situar-te per falta d'empremtes o atributs, potser perquè estic adormit en els ravals de tantes mans esteses cap als teus ulls, probablement per això no em resigne a descansar a tomba d'alabastre blanc o terraplè, ni a la intersecció entre els teus desitjos i els meus records d'aquell petó, inici d'enyorances .  

PRUEBA DE CARGO.

  Aunque separados por una leve sombra y un aparente amaneramiento que se delata en el virtuosismo de tu sonrisa, ambos nos unimos por el comportamiento replegado de las pasiones sustraídas, de tu inclemente dolor-placer esparcido por los cóncavos y recónditos cuerpos esparcidos, sin periferia por el espacio tiempo. A tu pesar, aunque llores e insistas, no es cierto que me extrañe tu aura, ni que tu equívoca sorpresa consuele el deseo amable amenazado por tu pulso de trazo enamorado. Desde la urgencia, como tú odias y amas, perdóname cuando me pierdo, pero debes comprender que si te amo es porque en la penumbra de la ladera puedo dar rienda suelta a como yo te quiero, sin que el mundo reclame prueba de cargo.

EL ABRAZO DE SPINOZA.

  El corte profundo que tu vida propone no acaba con el recuerdo de donde vienes marcado, resiste en tus entrañas y deseos aunque cada primavera la crisálida levante el vuelo con la esperanza de un nuevo mundo si lo encuentra en el punto de partida. Todos somos uno ramificado, cada día empezamos una brega buscándonos fatigados de vivir concluimos que cualquier camino conduce al lugar de donde venimos. No siempre aparece claro, por el empeño de vivir si soy hijo, madre, hombre o mujer. Tal vez todos están en mí y por eso os amo y cada cuerpo obtiene la custodia y el placer de mis recursos y el amor que resta del embargo de mi vida.