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Mostrando entradas de febrero, 2009

THE HOUSE OF THE RISING SUN.

"Soy el hombre, el hombre que aprieta el gatillo y mata la emoción para vivir mejor". Joyce Mansout. Roto el pacto del sinaí perdidas las noches de Rokha cómo encontrar la frontera entre sus muros y nuestras manos si Brueghel miraba y Pink floyd dormía el caligrama de los sueños muchos años caminando y aún hoy nos perdemos en su bosque y nos quedamos absortos en sus ventanas nos ciegan sus excesos sus miles de espejos sucios que alumbran nuestros vivos desvelos tan humanos fuimos con sus destellos cuántos mundos huían de los que fuimos puertas y ahora no sabemos qué posada qué descanso ofrecían en qué estancia pudimos ser huéspedes aún así después de tantas lunas qué extraño saber de la soledad que compartimos tantos para llegar a la meta sin atender al camino tratando de subvertir el presente y acomodarlo al sendero que nos lleva de ser héroes a terminar como víctimas hay días que nacemos únicos tan solos que nos asustan los largos descubiertos que adornan nuestra corta hist

PERO MCLUHAN NO LEYÓ A PELLEGRINI.

“miró el río que se deslizaba por una pendiente siempre hacia abajo sin dejar de estar alegre y canturrear” Simone de Beauvoir Nunca sabremos si fue el amor o la palabra que lo nombra pero contemplamos la travesía como un amor provisional tú desde el recuerdo yo desde la esperanza como siempre fui un aborigen de la pena y el hambre fue tu blusa niebla sin piel como el día corto enojado y deseante como la propia noche leve del moribundo gris que se acomodó a tus pechos y desató un requiebro eludiendo tu sonrisa la libertad en precario de la estancia donde vinieron a reposar nuestras prófugas identidades algo sucedió desmedido y tosco la tarde que rozó tu verbo la serenidad del último beso la luz que la sal refleja establecimos contornos distancias y quedamos frente a frente como el alba que espera para nacer la expansión de la infancia las pasiones obscenas viajaron como agua a la deriva temerosas rebeldes acopiando aprecios referentes veladas y tu adiós fue tan plano que no volvió segó